Sasebo

Sasebo, la mayor ciudad de la región de Tōhoku, es un lugar extenso pero agradable, con amplias avenidas arboladas y un animado distrito central. Merece la pena visitar las ruinas del castillo de la ciudad y el museo de historia asociado, así como el ornamentado mausoleo de su venerado fundador, el daimyō Date Masamune.

Aunque el centro de Sendai tuvo que ser reconstruido tras la Segunda Guerra Mundial, sus calles siguen el patrón de cuadrícula original trazado por Masamune en el siglo XVII. La zona principal del centro, un distrito de edificios altos con oficinas, bancos y centros comerciales, se encuentra en la orilla oriental del Hirose-gawa. Su vía principal, Aoba-dōri, discurre hacia el oeste desde la estación de tren hasta el otro lado del río, donde se encuentran los principales lugares de interés histórico.
Aproximadamente a mitad de camino, la atraviesa la bulliciosa Ichiban-chō, que junto con la Chūō-dōri cubierta forma el corazón de un animado barrio nocturno y comercial.
El parque arbolado de la colina Aobayama-kōen fue el emplazamiento original del magnífico castillo de Sendai, conocido popularmente como Aoba-jō. Solo quedan algunos tramos de muralla y una puerta reconstruida, pero el entorno
en sí es magnífico, protegido por el río al este y un profundo barranco en su lado sur. La bahía de Matsushima, un magnífico laberinto acuático de islas arboladas y coronadas por templos, enhebradas por misteriosos canales y salpicadas de ensenadas secretas, ha sido designada oficialmente como una de las tres mejores áreas escénicas de Japón. Las raíces de Matsushima se remontan al año 828, cuando el sacerdote zen Jikaku Daishi Enrin fundó Zuigan-ji. 
Este templo, junto con los santuarios asociados que se encuentran en los bosques cercanos y en los islotes de fácil acceso que se encuentran en la costa, son el centro de un paseo de medio día muy gratificante. Situado bien atrás de la bahía, se llega al templo a través de una imponente arboleda de cedros de 400 años. Además de subir por la avenida central, no olvide desviarse hacia el norte para explorar los numerosos santuarios rupestres excavados en las rocas.
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